Recorrer el camino que nos lleva a donde siempre hemos estado esperando desplegarnos



viernes, 20 de abril de 2018


¿Qué es la Carta Natal o Astral?

¿De qué manera puede contribuir conocer la propia Carta Natal a un proceso de búsqueda personal?

Recorrido del artículo:

-Fundamentos de la Astrología
-¿Qué es la Carta Natal?
-Astrología Humanista
-¿Qué puede aportarnos conocer nuestra Carta Natal?



Fundamentos de la Astrología

Me parece importante antes de hablar de la carta natal hacer una breve referencia a la astrología como disciplina. Aún hoy hay mucho misterio y desconocimiento sobre ella. ¿Cómo funciona la astrología? ¿Cuál es su lógica? ¿Son las vibraciones de los planetas las que nos influyen o afectan?
Podemos decir que no hay comprobaciones tan acabadas o satisfactorias respecto de esto último (si las vibraciones de los planetas nos afectan, aunque particularmente tampoco me sorprendería que así fuera) y que los fundamentos en los que vamos a detenernos en este trabajo, se refieren a una concepción o “causa” Holista de los procesos y de todo lo que es.
La filosofía del holismo u holística considera los sistemas como totalidades compuestas por partes interrelacionadas, en donde el Todo, como sistema vivo, es más que la mera suma de las partes. Además, la particularidad de esta filosofía, es que propone que en cada una de las partes se encuentra contenido el Todo, es decir, cada parte es un fractal de la Totalidad.
El Universo entero sería entonces una Totalidad compuesta a su vez por totalidades menores, las cuales compartirían con aquel la misma estructura, pautas y funciones.
“Los astrólogos y filósofos de la época medieval usaban el concepto microcosmos-macrocosmos para expresar esta idea: o sea, todo el universo está, en el microcosmos, dentro del hombre; y a su vez, las muestras estrelladas de los cielos se veían como el Gran Hombre o el Hombre Cósmico....Lo importante acerca de este enfoque es que, estudiando los ciclos y pautas de la totalidad mayor podremos aprender acerca de los ciclos y pautas dentro del hombre mismo” (Stephen Arroyo).
Entonces, cualquier Ser o suceso que nazca o acontezca en un determinado momento de la configuración universal, tendrá su misma estructura energética. Hay una “Sincronicidad”, es decir, una relación de contenido, de estructura, entre dos sucesos que acontecen al mismo tiempo.
En astrología hay un conocido aforismo (Ley Universal) atribuido a Hermes Trimegisto,  que hace referencia a esta ley de correspondencia: “COMO ES ARRIBA  ES ABAJO, COMO ES ADENTRO ES AFUERA”.
La primer parte (como es arriba es abajo) hace referencia a la relación entre el macro y microcosmos (entre el universo y el hombre, por ejemplo) y la segunda (como es adentro es afuera) a la relación entre los procesos internos y los acontecimientos externos. Sucede que determinados sucesos que acontecen en lo externo coinciden con un proceso interno que se está llevando a cabo.
Por ejemplo, una persona está atravesando un tiempo interno de necesidad de desarrollar su capacidad de autosostén, de responsabilizarse y hacerse cargo; como momento madurativo de su vida. Al mismo tiempo, es muy frecuente que en el afuera, comiencen a suceder cosas que vayan en la misma dirección, por ejemplo, que se rompen cosas y tenga que ocuparse de repararlas, que la persona que la ayudaba en la limpieza deje de venir y tenga que hacerse cargo de la limpieza personalmente, etc.) 
Un sincronismo de contenido entre el adentro y el afuera. De hecho, en ocasiones nos enteramos de qué estamos necesitando, o de algún proceso interno que está aconteciendo sin mucha conciencia, a partir de los acontecimientos exteriores.
Para terminar esta primer parte quisiera agregar que, más allá de todas estas fundamentaciones, estimo inextinguible la consideración de cierta dimensión de misterio que al menos aún, y quizá nunca, podamos develar por completo.


¿Qué es la Carta Natal o Astral?

Tal como mencionamos recién, todo ente que nace en un momento determinado, conlleva la misma estructura o configuración energética que la que posee en ese momento el Todo o sistema mayor del que forma parte.
La Carta Natal sería entonces una fotografía o impresión de la disposición del Cielo en el momento preciso del nacimiento de alguien.  Esta impresión constituye un código energético, el cual podríamos pensar a la manera de un código genético. Esto sería, así como en nuestro código o mapa genético está codificada nuestra altura, color de piel, de pelo, ojos, etc., nuestro código energético nos habla de las energías que nos componen, nuestro “tipo” energético y psicológico.
Entonces, la Carta Natal sería el mapa mandálico de una vida individual, de las energías que forman una personalidad y sus potencialidades.


Astrología Humanista

Al hacer referencia a la Astrología algunas personas sienten miedo de que ésta pueda vaticinarles algún suceso “negativo”, o esperan respuestas que les revelen su futuro. De hecho esto es lo que sucede en ocasiones con el “horóscopo”  que puede encontrarse en algunas revistas o diarios.
Podríamos mencionar aquí dos enfoques de la astrología, uno más predictivo y otro Humanista que será aquel al que nos dedicaremos.
La astrología humanista se aproxima a la psicología en la medida en que constituye una herramienta para la búsqueda o indagación personal. Un mapa o una guía en el proceso de autoconocimiento.


¿Qué puede aportarnos conocer nuestra Carta Natal?

La lectura de la carta natal permite "mapear" las diferentes tonalidades o acordes que componen a una persona, para acompañar el viaje de la conciencia en la comprensión de aquello que se es, y contribuir así al despliegue de las posibilidades que ese ser contiene. 
Los humanos, al igual que una compleja melodía, poseemos diferentes tonalidades. Una misma persona puede tener una faceta solitaria e introvertida y ser en otras ocasiones muy social y extrovertida. O ser alguien medido y calmo y encontrarse por momentos teniendo accesos de ira e intolerancia.
En general todos tenemos diferentes “facetas” de nuestra personalidad. Algunas podemos integrarlas más fácilmente y otras podemos sentir que son imposibles de conciliar y nos generan conflicto (un ejemplo extremo es el personaje de Dr. Jekyll y Mr. Hyde; los dos aspectos quedan disociados, y en general uno de los dos es negado o reprimido).
La particularidad única del Ser que somos es tan compleja que nuestro psiquismo no puede identificarse o irradiar tempranamente una síntesis de esa diversidad. Esto último, es un largo proceso que constituye el viaje de la conciencia; lo que en la psicología analítica de Jung se entiende como Proceso de Individuación o expresión del Sí Mismo.
Nuestro psiquismo suele identificarse con una parte de las energías que nos componen, a la que llamara “Yo”, y serán aquellos aspectos que estén en Luz para la conciencia; mientras que otros aspectos o energías nuestras serán (por diferentes motivos) menos soportables para la conciencia y entonces quedarán afuera del Yo, formando parte de la Sombra.
Sin embargo, aquella energía que forma parte de nuestro código, por más que no podamos hacerla consciente como propia, tendrá necesariamente que formar parte de nuestra vida, en tanto también constituye un aspecto de lo que somos. Por lo tanto, aquello que no integremos al Yo, aparecerá a través de vínculos y situaciones externas (algo que en astrología podríamos llamar Destino).


Pongamos un ejemplo: La energía de violencia, agresión, competencia, deseo (simbolizada en astrología por el planeta Marte o el signo de Aries) no suele ser un aspecto culturalmente tan fácil de aceptar y expresar. Supongamos que en una misma persona, su código contenga mucha carga de Aries o de Marte y a su vez mucha presencia de Libra, energía diplomática, suave, sutil, pendiente del deseo del otro para definir su propio deseo.
Supongamos también que sea este último aspecto (el “libriano”), el que esté más en Luz para la persona, que ella se identifique más con esta energía sutil, que suele acoplar su deseo a lo que otros desean, etc. La energía de Marte tendrá que hacerse presente de algún modo, entonces podría suceder que cierta forma de violencia ingrese a través de algunos vínculos y que por ejemplo sus parejas sean agresivas o competitivas con él/ella (o que tenga como pareja alguien muy activo y deseante). También podría pasar que haya en su entorno muchas escenas de enojo, de violencia, o que se lastime o se corte frecuentemente, etc.
Es decir, de algún modo la cualidad energética que le corresponde por estructura va a hacerse presente en su vida.
Ahora, si soy consciente de que vibro esa energía (y aunque aún no sepa qué hacer con ella o cómo integrarla), de a poco determinadas escenas o situaciones comenzarán a cambiar, ya que al empezar a reconocerla “adentro” ya no tendrá que venir de la misma forma desde “afuera”. Por lo demás, en la medida en que me empiezo a hacer cargo de eso puedo dejar de quejarme por lo que me pasa y empezar a explorar esa carga y ver cómo jugarla en mi vida.
Así como mencionamos la energía de agresividad y deseo, la astrología nos permite mapear también nuestras pautas emocionales, patrones vinculares, mecanismos defensivos, sensibilidades, talentos, aspectos limitantes a trabajar, etc.
A su vez, también nos da la posibilidad de mapear el momento vital del desarrollo en que alguien se encuentra, lo cual permite orientar respecto del contexto en que ese ser particular está y la potencialidad que ese momento tiene. 
Usando como metáfora la agricultura, hay momentos propicios para plantar algunas variedades de frutas o verduras pero que no resultan buenos para otras. Lo mismo pasa con nuestro despliegue, hay momentos fértiles para la introspección y el orden (y eso es lo mejor que puede pasarle al sistema en esa fase) y otros para la manifestación y la expansión.
La vida tiene un ritmo de fondo que marca los tiempos de los procesos y si podemos "escucharlo" posiblemente sea más fácil fluir y aprovechar la riqueza que tiene el momento que nos toca, en lugar de resistirnos y padecer porque no sucede lo que nuestro Yo quisiera.


Nota publicada en:  http://www.buendiario.com/que-es-la-carta-natal-o-astral/




miércoles, 18 de abril de 2018

Elementos que componen una Carta Natal 

¿Cuáles son las coordenadas elementales que se tienen en cuenta al interpretar una Carta Natal? 


Recorrido del artículo


-Partes del Todo 

-Signos del Zodíaco 
-Planetas 
-Sistema de Casas 
-Aspectos 
-Correlación entre Signos, Planetas y Casas 



Partes del Todo 


Vamos a hacer referencia a los elementos fundamentales o letras del lenguaje astrológico, aquellas coordenadas primordiales que tenemos en cuenta al ver una carta natal y que en sus diferentes combinaciones van dando lugar a la particularidad de cada código o existencia. 
No son los únicos aspectos que se tienen en cuenta al ver una carta ya que el estudio de ésta es algo muy rico y complejo, pero sí son la base del sistema. 
La idea es enunciarlos para poder captarlos en una primera visión global pero no adentrarnos en una explicación detallada, ya que esto requeriría de una extensión propia de otro escrito. 
La Astrología es un sistema simbólico considerado un Lenguaje Sagrado, al igual que la Kabbalah, el I-Ching, elTarot. Como todo lenguaje está compuesto por “letras”. Aquí vamos a mencionar tres “letras” o matrices fundamentales del lenguaje astrológico: Los signos del Zodíaco, los Planetas y las Casas. Por último agregaremos una cuarta variable, los Aspectos (relaciones entre planetas).

Signos del Zodíaco


El zodíaco es una rueda o banda dividida en doce espacios o partes iguales (los signos). Sobre este telón espacial de fondo orbitarán los planetas. 

Esta rueda o círculo es una totalidad dentro de la cual cada signo o espacio tendrá una cualidad distinta. Hay una lógica de progresión entre un signo y el otro y cada uno de ellos configura un ángulo de percepción, un modo de percibir la realidad. 
Si ubicamos un objeto o escena en el centro de la rueda, no será lo mismo lo que perciba la porción “Escorpio” que lo que perciba “Tauro” que está ubicado exactamente del otro lado, enfrente de Escorpio
Así, cada signo implica un ángulo privilegiado para cierta captación, pero también es limitado respecto de la captación global y eso es lo que nos remite a la necesidad de vincularnos y complementarnos con otros. Aunque a veces nos cueste, ahí está la riqueza. 
Los doce signos son: Aries -Tauro - Géminis – Cáncer - Leo – Virgo – Libra – Escorpio – Sagitario – Capricornio – Acuario -Piscis 

Que podríamos dividir de diferentes formas, pero en este caso lo haremos sólo según el elemento al que corresponden: 

Signos de Fuego: Aries – Leo - Sagitario 
Signos de Tierra: Tauro – Virgo - Capricornio 
Signos de Aire: Géminis - Libra - Acuario 
Signos de Agua: Cáncer – Escorpio – Piscis 



Planetas


Constituyen la segunda gran matriz del lenguaje astrológico. Los planetas fundamentales que cualquier astrólogo considera al analizar una Carta Natal son diez (luego podrán observarse otros, referidos a cuestiones más específicas o sutiles según cada astrólogo o lectura que se esté haciendo):

Marte- Venus- Mercurio- Júpiter- Saturno- Urano- Plutón- Neptuno- Sol y Luna 




El Sol y la Luna aparecen como planetas ya que nos manejamos con una astrología desde el punto de vista de la tierra. 

Cada planeta, en el momento de nuestro nacimiento estará orbitando cierta porción del zodíaco, eso dará la primer gran articulación de elementos (un planeta en un signo determinado). 
Por ejemplo, todos tenemos a Saturno en nuestra carta (así como todos tenemos los doce signos). Saturno implica una energía y función de límite, estructura, autoridad, sostén, construcción, figura paterna, etc. 
Ahora, no será lo mismo haber nacido cuando Saturno estaba en el signo de Piscis (energía de disolución, de no borde, de resonancia, de alta sensibilidad..) a cuando este (Saturno) estaba en Aries (energía de arranque, de direccionalidad, de acción, deseo, etc). 
Alguien con Saturno en Piscis podría tener una figura paterna muy laxa o desdibujada en su rol de autoridad, o ser un padre o autoridad muy sensible o amorosa (por poner sólo un ejemplo de posibilidad como resultado de la combinación de esas dos coordenadas). 
Otra cosa que ocurre es que uno tiene signos en los que no hay ningún planeta y otros en los que quizás hay varios. Todas estas particularidades irán configurando la especificidad energética de cada Ser. 




Hasta aquí vimos el zodíaco y los planetas como las dos matrices primordiales del lenguaje astrológico, ahora podríamos reunirlas en una primer gran matriz referida al Cielo, a la disposición que tenía el cielo en un momento determinado. Ahora vamos a introducir otra variable fundamental que es el 

Sistema de Casas


Este último implica la dimensión de la Tierra, es decir, cómo encarna esa energía celeste particular de un momento dado, en diferentes lugares de la Tierra. 

Las casas son doce y representan áreas de experiencia en que determinadas energías van a manifestarse o jugarse para nosotros, y aquí aparece una complejidad más en la interpretación. 
Pongamos un ejemplo: Siguiendo lo que vimos hasta ahora, los planetas, con su vibración y función particular se ubican en signos, (que a su vez también implican una particular cualidad energética). 
Imaginemos esta disposición particular del cielo (los planetas orbitando los diferentes signos de la rueda zodiacal) como una banda o rueda que superpondremos a otro circulo (la tierra) dividido en doce partes, como una torta. Cada pedazo del Cielo “caerá” o entrará dentro de alguna porción de la “torta terrestre”. 



Supongamos que cuando yo nací la Luna estaba en el signo de Cáncer y que ese fragmento del cielo cae (por la hora y el lugar exacto de la tierra en que nací) en la porción de torta N° 3, la Casa 3, que representa la casa de los vínculos no elegidos, de pares: hermanos, primos, compañeros del colegio, vecinos, etc. Esto indicará que seguramente la energía maternal y de cuidado (representada por la Luna y el signo de Cáncer) la he de experimentar mayormente en ese tipo de vínculos; será esa la puerta de entrada para que yo experimente esa energía. Podría ser que fuese muy maternal con mis hermanos, o que alguno de ellos cumpla función de madre para mí, o que suela ubicarme en ese rol estando con mis compañeros del colegio, o que sea alguien que valore la información y el conocimiento, etc. 

En cambio si esa disposición (Luna en Cáncer) cayese en la Casa 7, (la de la pareja, socios y vínculos complementarios), es más probable que esas cualidades maternales, de cuidado y de “nidito” las experimente en ese campo y que entonces, por ejemplo, sea muy maternal con mi pareja o ésta lo sea conmigo. 
El sistema de casas es entonces una matriz que distribuye la energía y la va ubicando en distintos tipos de experiencia. 


Sistema de Casas 


Aspectos

Algunos planetas, según la distancia en la que se ubiquen respecto de otros, implican una relación entre ellos, llamada Aspecto. Por ejemplo, cuando dos planetas se encuentran a 90° entre sí, forman una “Cuadratura”; si se encuentran a 180° de distancia forman una “Oposición”, etc. 
Esto indica cierto modo de relación entre ambos, lo cual a su vez complejiza y enriquece el análisis y la comprensión de ese código, ya que no sólo se tratará de un planeta en un signo y en una casa sino que además su manifestación estará relacionada de un modo particular con la de otro planeta, a su vez en una casa y un signo determinado. 




Pongamos un ejemplo, supongamos que en una carta Marte y Mercurio aparecen en aspecto (podríamos imaginarlo como un lazo que los une, si uno se mueve, mueve al otro). Según el tipo de aspecto que formen, la relación o el modo de manifestación podrá ser distinto, más fluido o más complejo de integrar. 
Si Mercurio representa la comunicación, la mente, las ideas, curiosidad, etc., y Marte la acción, la direccionalidad, el arranque, el abrir caminos, la penetración, la agresividad, etc., podríamos decir que se tratará de una persona que posiblemente sea enérgica al comunicarse, o que tenga una mente muy activa, con ideas innovadoras o pioneras, etc. 
Luego, según de que aspecto se trate podrá suceder que esta relación sea favorable y fluida y que por ejemplo sea alguien muy preciso (direccionalidad) a la hora de comunicar algo, o que si se trata de un aspecto con cierto grado de tensión, se trate de alguien que suele terminar discutiendo cuando expresa sus ideas o que sienta temor de ser agredido cuando se expresa. Los aspectos se dividen en Duros y Blandos. Los duros implican relaciones tensionantes, que nos requieren de un trabajo para su integración, (pero precisamente por esto nos presentan la oportunidad de un aprendizaje), y los blandos son relaciones fluidas, que de algún modo se nos dan más naturalmente. 
Por último, quisiera mencionar que hay una analogía y resonancia entre los signos, los planetas y las casas. Una energía o temática similar los relaciona, pero no son en absoluto idénticos ya que se trata de elementos distintos.




Nota publicada en: http://www.buendiario.com/elementos-de-carta-astral/


domingo, 24 de diciembre de 2017

sábado, 23 de diciembre de 2017

"El Mundo toma la vida como viene y le parece bien. Hay un tiempo para cada cosa: veinticuatro horas abarcan tanto el día como la noche, y la vida tiene sus momentos sombríos y luminosos, hay tiempos duros y tiempos fáciles. Deben aceptarse todos; todos tienen su sitio.
En la fase del Mundo ya no damos por sentado que todo tendría que salir bien. La vida fluye, sí, y formamos parte de ella, pero no todo lo que queremos es bueno para nosotros, y hemos experimentado que lograr cosas a cualquier precio no nos hace felices. Tal vez hayamos alcanzado algún objetivo externo, pero eso no nos garantiza que se hayan satisfecho las necesidades de nuestra personalidad interna, la verdadera, o de nuestro verdadero camino."

Hamaker-Zondag, Karen. El tarot como vía de conocimiento

sábado, 16 de diciembre de 2017

"Fue cuando dejé de buscar el hogar en otros y construí las bases del hogar dentro mío, encontré que no hay raíces más potentes que un cuerpo y una mente que decidieron ser uno". 

Rupi Kaur


domingo, 26 de febrero de 2017

¿cómo estás respirando..?


martes, 26 de julio de 2016

Hay un orden que es creativo, y que responde a los niveles más profundos, no a los ligados a la voluntad, ni a los deseos controladores.
Si el corazón está abierto es un imán para atraer todo lo que necesita para ir por el camino del corazón, que no es el del deseo. El corazón no desea. Lo que el corazón necesita, lo que el ser necesita, viene; si se está abierto, viene seguro. No es cuestión de concentrarse en obtenerlo.
El imán es lo que llamamos fluir: que algo suelte y las cosas vayan tomando el orden de la propia vida. Es un orden que tengo que aceptar. Fluir implica aceptar que pase todo lo que el ser quiere.
E.C.